Una banda tributo es como un fuego
Que en la piel no provoca quemadura
Sólo insufla a los músicos el ego
Calcado como de caricatura
Eso está bien para un adolescente
Pero no para el músico derecho
Que avizora con claridad de mente
Que la identidad nace en propio pecho
Da lo mismo su derecho a repetir
Como loro desteñido sin sentir
Voz propia y darle alma a voz ajena
Peor es el caso del que tiene un lugar
Tan esencial para la hoguera incendiar
Y de pobres petardos lo rellena
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